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Espondilosis cervical (osteoartritis de cuello) (Cervical Spondylosis)
9/26 11:40:31
Espondilosis cervical (osteoartritis de cuello) (Cervical Spondylosis)

El dolor de cuello es extremadamente común. Puede ser causado por muchas cosas y se relaciona más frecuentemente con el envejecimiento.

Como ocurre con el resto del cuerpo, los huesos del cuello (columna cervical) se degeneran lentamente a medida que envejecemos. Esto con frecuencia lleva a la osteoartritis o artrosis. La osteoartritis de cuello se llama espondilosis cervical.

La espondilosis cervical es la degeneración de las articulaciones en el cuello. La condición aparece con más frecuencia a medida que las personas envejecen. Más del 85% de las personas mayores de 60 años están afectadas.

Aunque es una forma de artrosis, la espondilosis cervical rara vez se transforma en una enfermedad paralizante o incapacitante.

Comprender la estructura de su columna y cómo ésta funciona puede ayudarlo a comprender mejor la espondilosis cervical. Aprenda más acerca de su columna: Conceptos básicos de la columna (Spine Basics)Conceptos básicos de la columna (Spine Basics) (topic.cfm?topic=A00616).

Causa

Degeneración de los discos y protuberancias óseas (osteofitos)

En la columna, puede aparecer osteoartritis a medida que el disco degenera y pierde el contenido de agua. En niños y adultos jóvenes, los discos tienen un alto contenido de agua. Con el envejecimiento, nuestros discos comienzan a secarse y se debilitan. Este problema genera un aplastamiento o colapso de los espacios de los discos y pérdida de altura en estos espacios discales.

A medida que las superficies articulares experimentan más presión, éstas también comienzan a degenerarse y desarrollan osteoartritis, similar a lo que ocurre en la articulación de la cadera o de la rodilla. El cartílago que cubre y protege las articulaciones se desgasta.

Si el cartílago se desgasta completamente, ello puede llevar a la fricción de hueso contra hueso. Para compensar la pérdida de cartílago, su cuerpo puede responder generando hueso nuevo en sus superficies articulares para ayudar a dar soporte a las vértebras. Con el paso del tiempo, este crecimiento adicional -llamado protuberancia u osteofito- puede reducir el espacio por donde pasan los nervios (estenosis).

(Izquierda) Vista lateral de una vértebra cervical y disco sanos (Derecha) Un disco que sufrió degeneración y se colapsó.

Factores de riesgo

Hay varios factores que aumentan el riesgo de espondilosis cervical. Todos los siguientes han sido vinculados a mayor riesgo de dolor de cuello y espondilosis:

  • Genética: si su familia tiene una historia de dolor de cuello
  • Tabaquismo: claramente vinculado al aumento del dolor de cuello
  • Ocupación: trabajos con muchos movimientos de cuello y labores sobre su cabeza
  • Cuestiones de salud mental: depresión, ansiedad
  • Lesiones/trauma: accidente de automóvil o lesión laboral
Síntomas

El dolor que provoca la espondilosis cervical puede ser de leve a severo. El dolor a veces empeora si la persona mira hacia abajo o hacia arriba durante un tiempo largo, o con actividades como conducir vehículos o leer un libro. También mejora con el reposo o si la persona se acuesta.

Los síntomas adicionales incluyen:

  • Dolor y rigidez de cuello (puede empeorar con la actividad)
  • Adormecimiento y debilidad en los brazos, manos y dedos de las manos
  • Dificultad para caminar, pérdida del equilibrio o debilidad en las manos o piernas
  • Espasmos musculares en el cuello y los hombros
  • Dolores de cabeza
  • Sonidos/sensaciones de crepitación o crujido en el cuello con el movimiento
Examen médico

Determinar la fuente del dolor es esencial para recomendar el tratamiento adecuado y la rehabilitación. Por lo tanto, se requiere un examen integral para determinar la causa del dolor de cuello.

Su médico hará una historia completa de las dificultades que usted está teniendo con su cuello. Su médico puede preguntarle acerca de otras enfermedades o lesiones que le ocurrieron a su cuello. Las preguntas pueden incluir: ¿Cuándo comenzó su dolor de cuello? ¿Alguna vez le dolió de esta manera antes? Cuando su cuello duele, ¿con qué frecuencia y durante cuánto tiempo duele? ¿Hay algo que mejore o empeore el dolor? ¿Alguna vez estuvo usted involucrado en un accidente o sufrió una lesión de cuello? ¿Alguna vez fue tratado por dolor de cuello?

Un examen físico completo incluirá su cuello, hombros, brazos y con frecuencia también sus piernas. Los exámenes pueden incluir su fuerza, sensación táctil, reflejos, flujo de sangre, flexibilidad de cuello y brazos, y también cómo usted camina. Su médico puede presionar su cuello y sus hombros, y explorar puntos dolorosos a la presión o ganglios inflamados.

Exámenes

Su médico puede complementar su evaluación con exámenes de sangre y, si es necesario, consultar con otros médicos especialistas. Otros exámenes que podrían ayudar a su médico a confirmar su diagnóstico incluyen:

Radiografías

Estos estudios tradicionalmente se piden como primer paso en la imagenología de la columna. Las radiografías mostrarán cambios por envejecimiento, como pérdida de altura de los discos o protuberancias óseas.

Imagenología de Resonancia Magnética (MRI)

Este estudio puede crear imágenes mejores de los tejidos blandos, como músculos, discos, nervios y médula espinal.

Tomografías computarizadas (CT)

Este estudio de rayos-X especializado permite una evaluación cuidadosa del hueso y el canal de la médula espinal.

Mielografía

Este estudio de rayos-X específico involucra la inyección de una tinta o material de contraste en el conducto raquídeo. Esto permite una evaluación cuidadosa del conducto raquídeo y las raíces de los nervios.

Electromiografía (EMG)

Los estudios de conducción nerviosa y electromiografía pueden ser realizados por otro médico para buscar posibles daños o pinzamientos de los nervios.

Tratamiento

Tratamiento no quirúrgico

Fisioterapia. El fortalecimiento y estiramiento de los músculos debilitados o distendidos es por lo general el primer tratamiento indicado. Su fisioterapeuta también podría usar tracción cervical (de cuello) y terapia postural. Los programas de terapia física varían, pero por lo general duran de 6 a 8 semanas. Las sesiones se programan 2 ó 3 veces por semana.

Medicamentos. Varios medicamentos pueden usarse conjuntamente durante la primera fase de tratamiento para tratar el dolor y la inflamación.

  • Paracetamol. El dolor leve a menudo es aliviado con paracetamol.
  • Medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (NSAID). Son medicamentos que a menudo se recetan con paracetamol, como el ibuprofeno y el naxopreno, y se consideran medicamentos de primera línea para el dolor de cuello. Éstos tratan el dolor y también la inflamación, y pueden ser recetados durante un número de semanas, según el problema específico. Otros tipos de medicaciones para el dolor pueden considerarse si usted tiene contraindicaciones serias a los NSAID, o si su dolor no se logra controlar bien.
  • Relajantes musculares. Medicamentos como ciclobenzaprina o carisoprodol también pueden usarse en el caso de espasmos musculares dolorosos.

Collarines suaves. Estos collarines limitan el movimiento del cuello y permiten que los músculos del cuello descansen. Los collarines suaves sólo deben usarse durante períodos cortos de tiempo porque el uso prolongado puede disminuir la fuerza de los músculos del cuello.

Hielo, calor, otras modalidades. El uso cuidadoso de hielo, calor, masajes y otros tratamientos locales puede ayudar a aliviar los síntomas.

Inyecciones con corticoides. Muchos pacientes encuentran alivio del dolor a corto plazo con las inyecciones de corticoides. Varios tipos de estas inyecciones se realizan rutinariamente. Los procedimientos más comunes para el dolor de cuello incluyen:

Bloqueo epidural cervical. En este procedimiento, se inyecta un fármaco esteroide y anestésico en el espacio contiguo a la cubierta de la médula espinal (espacio "epidural"). Este procedimiento se usa típicamente para el dolor de cuello y/o de brazo que puede ser causado por una hernia de disco cervical, que también se conoce como radiculopatía o "nervio pinzado".

Inyección epidural en la columna cervical

Bloqueo de la superficie articular cervical. En este procedimiento, se inyecta un medicamento con corticoide y anestésico en la cápsula de la superficie articular. Las superficies articulares están ubicadas en la parte posterior del cuello y proveen estabilidad y permiten los movimientos. Estas articulaciones pueden desarrollar cambios osteoartríticos que pueden contribuir al dolor de cuello.

Superficie articular cervical Inyección en superficie articular de la columna cervical

Bloqueo de rama medial o interna y ablación por radiofrecuencia. Este procedimiento se usa en algunos casos de dolor crónico de cuello. Puede usarse para el diagnóstico y también para el tratamiento de una articulación potencialmente dolorosa.

Durante la parte diagnóstica del procedimiento, el nervio que inerva la superficie articular se bloquea con un anestésico local (como la medicina que usa su dentista). Su médico le preguntará si su dolor de cuello calmó totalmente. Si es así, entonces su médico ha detectado la fuente de su dolor de cuello. El paso siguiente es bloquear el dolor de manera más permanente. Esto se hace haciéndole un daño al nervio con radiofrecuencia, un procedimiento que a menudo se llama ablación por radiofrecuencia.

Aunque son menos invasivas que la cirugía, las inyecciones con corticoides se indican sólo después de una evaluación completa que hace su médico. Antes de considerar estas inyecciones, discuta con su médico los riesgos y beneficios de estos procedimientos para su condición específica.

Tratamiento quirúrgico

Es poco común que las personas que sólo tienen espondilosis cervical y dolor de cuello sean tratadas con cirugía. La cirugía se reserva para pacientes que tienen dolor severo que no ha sido aliviado por otro tratamiento. Algunos pacientes con dolor severo lamentablemente no serán candidatos para cirugía. Esto se debe a la naturaleza extendida de su osteoartritis, otros problemas médicos u otras causas del dolor, como la fibromialgia.

Las personas que tienen síntomas neurológicos progresivos, como debilidad, adormecimiento o caídas, tienen más probabilidad que la cirugía los ayude.

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