Investigaciones cada vez mayores sugieren que la carencia de vitamina D no sólo es un factor de riesgo para la artritis reumatoide, puede hacer que los pacientes con artritis reumatoide significativamente más a riesgo de enfermedades cardiovasculares.
La artritis reumatoide es un trastorno del sistema inmune que ocurre cuando el sistema inmune del cuerpo ataca sus propios tejidos, particularmente las articulaciones. Debido a que la vitamina D desempeña un papel importante en la regulación del sistema inmune y se ha asociado especialmente con la ocurrencia de trastornos autoinmunes, muchos investigadores han sospechado desde hace mucho que una carencia podría aumentar el riesgo de padecer artritis reumatoide.
Una confirmación de esta relación se obtuvo en el año 2010, en un estudio publicado en la revista Environmental Health Perspectives que examinó el efecto de factores del entorno en el riesgo de artritis reumatoide. Los investigadores encontraron que mujeres viviendo en el Noreste de los EE.UU. tenían más probabilidades de desarrollar la enfermedad.
“Los resultados eran inesperados” afirmó la investigadora Verónica Vieira. “Antes del análisis estabamos más interesados en la relación con la contaminación del aire. No había considerado mucho las latitudes”.
Debido a que el cuerpo produce vitamina D cuando está expuesto al sol, los índices de carencia son significativamente más altos en latitudes más alejadas del ecuador, particularmente en personas con la piel oscura o que cubren su piel regulermente con vestimenta o protector solar.
Importante para el corazón y los huesos
Más recientemente, un estudio realizado por investigadores del Colegio de Medicina de la Universidad Johns Hopkins y publicado en la revista “Arthritis Care Research” examinó la conexión entre niveles de vitamina D y enfermedades cardiovasculares en pacientes con artritis reumatoide. Tanto una carencia de vitamina D y la artritis reumatoide son factores de riesgo conocidos para enfermedades cardiovasculares.
Los investigadores hallaron que el 41% de los pacientes con artritis reumatoide estudiados eran significativamente carentes en vitamina D, con un 46% que tenían niveles insuficientes de la vitamina. Los participantes con niveles más bajos de vitamina D tenían mayor resistencia insulínica, niveles más bajos de colesterol HDL (bueno) y más marcadores de inflamación, incluso si se realizaban ajustes para otros factores de riesgo potenciales tales como índice de masa corporal, estatus de anticuerpos, sexo y etnia.
Niveles más altos de inflamación sugieren que un estatus bajo de vitamina D puede empeorar los síntomas de artritis reumatoide.
Parte de la razón es que los pacientes con artritis reumatoide se cree que tienen índices más altos de enfermedad cardiovascular se debe a la inflamación crónica causada por el trastorno autoinmune que también ataca al corazón y las venas sanguíneas. Al reducir la inflamación y proteger el corazón, los suplementos de vitamina D pueden de forma significativa ampliar la esperanza de vida de los pacientes con artritis reumatoide.
Por ejemplo, un estudio de 2008 publicado en Archives of Internal Medicine, halló que personas con carencia severa de vitamina D tenían el doble de posibilidades de fallecer que las personas con niveles suficientes, particularmente de enfermedades cardiovasculares.
Los pacientes de artritis reumatoide también corren un riesgo mayor de desarrollar osteoporósis, un problema que se empeora por el hecho de que muchos de los esteroides usados para tratar la artritis reumatoide también pueden fomentar la pérdida de masa ósea. Al aumentar la absorción de calcio en el cuerpo, niveles más altos de vitamina D pueden proteger contra este efecto.
Debido a que muchos fármacos para la osteoporosis no funcionan bien en individuos con carencia de vitamina D, y que puede causar una reducción de vitamina D, es especialmente importante que las personas tomando estos fármacos supervisen su estatus de vitamina D.
Claro, conseguir suficiente vitamina D es importante incluso para personas que no padecen osteoporósis o artritis reumatoide. Además de ayudar a crear huesos sanos y dientes, la vitamina D ayuda a regular el sistema inmune y puede reducir tu riesgo de infecciones, enfermedades del corazón, diabetes, cáncer y trastornos autoinmunes.
Fuentes:
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