El calcáneo es un hueso localizado en el talón del pie. Se trata de un hueso con forma de paralelepípedo irregular y sobre el cual suele recaer gran parte del peso del pie, por lo que se trata de un hueso macizo y compacto. En su cara posterior se inserta el tendón de Aquiles y en su cara inferior, la más cercana al suelo, existen tres protuberancias, una anterior y dos posteriores.
En la base del calcáneo y a causa de una presión
excesiva y continua ejercida sobre el hueso, el
tejido óseo se inflama de manera crónica y se
produce una formación anómala que suele tener forma de
gancho, de púa, como el que tienen algunas aves
gallináceas en la parte inferior y trasera de sus patas;
de ahí el nombre de espolón.
A cada paso que
se realiza los talones tienen que soportar todo el peso
del cuerpo y con la marcha esta carga puede llegar a
alcanzar 20 veces el peso corporal. La carga repetida
del movimiento de la marcha se atenúa gracias al
cojinete de grasa que hay en el talón y sobre el que se
asienta el hueso calcáneo, y a la fascia plantar, una
capa fibrosa que recorre la superficie de la planta del
pie desde el talón hasta los dedos. Si se realiza un
presión continua de la musculatura sobre estas
estructuras plantares el hueso puede llegar a dañar la
fascia plantar, produciendo una herida, ante la cual el
hueso reaccionará como si se tratase de una fractura,
produciendo tejido de inflamación que posteriormente se
calcificará, formándose el espolón óseo calcáneo.
En un tercio de los casos el espolón y la
consecuente inflamación del fascia plantar, la fascitis
plantar, afecta a ambos pies. Suele ser frecuente en
personas entre los 40 y los 60 años. La obesidad,
las profesiones que conllevan caminar mucho o estar
mucho tiempo de pie y los pies planos o cavos son
factores de riesgo para la aparición del espolón
calcáneo. También se relaciona su aparición con los
traumatismos o el uso de calzado inadecuado con escaso
soporte para el arco de la planta del pie.
Los síntomas del espolón calcáneo serán los derivados de la presión y lesión que se ejerce sobre la fascia plantar. Se produce un dolor intenso, en forma de pinchazos, en la zona del talón (lo que se denomina una talalgia). El dolor mejora con el reposo pero reaparece al ponerse de nuevo en movimiento, por eso es un dolor que inicialmente suele dejar descansar pero que se nota sobre todo al ponerse en pie al levantarse. El dolor empeora con la marcha, especialmente al andar sobre un terreno duro que ejerza más resistencia a la marcha.
El diagnóstico se basará en la descripción del dolor que
haga el paciente. Con una simpleradiografíade perfil del pie se puede apreciar la presencia del
espolón calcáneo. Por lo general no se requiere realizar
ninguna otra prueba complementaria.
Es importante
realizar el diagnóstico diferencial con la enfermedad de
Ledderhose, una alteración poco frecuente del tejido
conectivo que afecta a la fascia plantar en su
totalidad, haciendo que esta se retraiga y causando
deformación y dolor.
En el tratamiento del espolón calcáneo y la fascitis
plantar consiguiente son esenciales las medidas
higiénicas posturales y de deambulación. Se
requiere el uso de un calzado ergonómico, con
suficiente soporte plantar para que el talón no apoye
prácticamente sobre el suelo. Conviene reducir la actividad física y
hacer un reposo relativo. Si se realiza una actividad
física como correr conviene realizar un calentamiento
adecuado antes de la actividad física y aplicar frío
local al finalizarla. Asimismo, es importante corregir
el exceso de peso.
Para el tratamiento del
dolor se pueden realizar tandas más o menos prolongadas
con antiinflamatorios no esteroideos (AINE). En
ocasiones se pueden realizar infiltraciones de
corticoides en la zona del dolor, pero su efecto es
solamente a corto plazo y suelen ser bastante dolorosas.
En casos de dolor severo que no responde al tratamiento
médico tras más de un año se puede recurrir a la
cirugía, aunque el 80% de los casos suelen mejorar en
menos de un año de tratamiento conservador.
El espolón calcáneo se puede prevenir con una correcta higiene postural, no sobrecargando la zona de los talones y procurando usar un calzado adecuado, así como moderando la actividad física. Ante la aparición del dolor es importante ponerse en contacto con el traumatólogo.
Subir
Dr. David Cañadas Bustos
Copyright © www.orthopaedics.win Bone Health All Rights Reserved