Introducción
El dolor suele ser el motivo de queja principal de las personas que presentan problemas lumbares. Los tratamientos suelen estar dirigidos inicialmente al dolor local y la inflamación antes de continuar con intervenciones y ejercicio terapéutico. Sin embargo, el dolor debe ser considerado un componente de un grupo de síntomas derivado de un proceso patológico subyacente que afecta la zona lumbar. La atención clínica de los pacientes que sufren dolor lumbar debe esforzarse por hacer un diagnóstico, que incluye la identificación del desorden que origina el dolor.

Los conocimientos sobre anatomía funcional, biomecánica y quinesiología (el estudio del movimiento del cuerpo) pueden ayudar a localizar los generadores de dolor en el paciente, como puede ser un hueso, disco, tendón, músculo, ligamento o nervio. El proceso subyacente puede ser de naturaleza biomecánica, inflamatoria o infecciosa, neoplástica (por ejemplo, tumor) o psicológica.

Las respuestas a estas preguntas orientarán al médico hacia un tratamiento inicial apropiado del problema lumbar, que incluye elegir adecuadamente las medicaciones recetadas. Mediante la aplicación de principios de uso de medicación para otros problemas músculo-esqueléticos, es posible planear más estratégicamente el uso eficaz de agentes farmacológicos.

En este artículo, se analizan diversas clases de drogas recetadas frecuentemente para el tratamiento del dolor lumbar. En referencia a cada agente o grupo de agentes considerado, se describirán los mecanismos de acción, la eficacia y las investigaciones clínicas actuales, las dosis y costos, y las complicaciones y contraindicaciones.