Existe una alta tasa de mujeres que sufrimos dolor de espalda y que éste, lejos de poder tratarse con fármacos o con fisioterapia, termina haciéndose crónico. Al tratarse de una problemática tan común y que,  en el medio plazo, acaba causando un gran número de bajas laborales, muchas de nosotras acabamos pasando por el quirófano con el objetivo de eliminar el problema de forma definitiva. La gran mayoría de los dolores de espalda crónicos están causados por tensión en los músculos, daño o deformidades en la columna vertebral aunque, recientemente, se ha descubierto que entre el 20 y el 40% de los casos se debe a infecciones bacterianas.

Factores de riesgo del dolor de espalda crónico

Es posible que resulte complicado determinar cuál es la causa exacta de un dolor de espalda crónico porque, incluso, pueden llegar a incidir varios factores a la hora de padecer una dolencia de estas características. Resulta recomendable una visita al médico para intentar establecer un diagnóstico lo más certero posible.

La causa concreta del dolor puede disponer su origen en los huesos, en los discos intervertebrales, en los nervios o en el tejido blando. Las mujeres que fuman, que beben de forma habitual, que realizan trabajos en los que se requiere levantar objetos de forma continua, cargar pesos o que se encuentran sometidas a las vibraciones de vehículos o maquinarias pesadas pueden desarrollar patologías crónicas en la zona. Los excesos en la práctica de ejercicio físico o determinados deportes como el esquí de fondo, el automovilismo o el motociclismo también suponen causas recurrentes de esta clase de dolencias.

Las mujeres, conforme vamos envejeciendo, somos más proclives a sufrir enfermedades crónicas de la espalda. Causa que, a su vez, se puede ver potenciada si paralelamente padecemos alguna patología en la columna vertebral como una fractura de compresión, la espondilitis o la osteoartritis.